jueves, 15 de mayo de 2014

La palabra 'Bacán'

       La palabra bacán viene del genovés baccan que puede significar 'amo, dueño, capitán de barco, jefe de familia'. De los inmigrantes genoveses en la Argentina pasó la palabra al lunfardo, la jerga rioplatense, a fines del siglo XIX.

      En lunfardo bacán tuvo al principio los sentidos antagónicos -y hoy obsolescentes- de 'chulo, rufián' y 'hombre que mantiene a todo lujo a una querida'. Pero actualmente, en el habla coloquial argentina, el término se emplea también en femenino; bacán o bacana es la 'persona que vive con lujo': vivir como un bacán, o como un gran bacán, equivale a vivir como un pachá. Bacán y bacana se aplican también  a objetos con el sentido de 'elegante, de lujo'.

       Se usan asisimismo en la Argentina derivados tales como bacanaje 'conjunto de personas adineradas y de alta sociedad'; bacanería 'condición de bacán', 'elegancia propia del bacán'; abacanarse 'adoptar los gustos y hábitos de un bacán', con su participio adjetivo abacanado, abacanada.

      Los usos argentinos de bacán y de sus derivados, propagados inicialmente en Sudamérica a través de las letras de los tangos, han llegado al Perú sólo tardía y restringidamente, pero han alcanzado -en los sentidos tomados- una gran vitalidad y muy amplia difusión.

      En nuestra habla coloquial bacán se oye -sobre todo en los jóvenes- en expresiones encomiásticas: ¡qué bacán!, bien bacán, más bacán; también es frecuente el uso de reduplicación bacán, bacán. El término puede referirse a uno u otro género: la forma femenina bacana no se usa en el Perú.

      El diminutivo masculino bacancito tiene entre nosotros un matiz que puede ser, según el caso, irónico, peyorativo o desafiante; se aplica al hombre presumido, pretencioso o prepotente que ostenta ciertos signos de riqueza.

     La forma camba, resultante de la inversión silábica de bacán, se usa como su equivalente tanto en el lunfardo argentino como en la replana peruana. La inversión silábica fue un recurso conocido de la germanía o jerga española del siglo XVI, la cual incluía el vesre o habla al revés; lo que es hoy, igualmente, del lunfardo argentino y de replana peruana.

Fuente
El habla culta. Martha Hildebradt. Pág. 61 y 62

Imagínate que ves a una bastonera
y admiras su elegancia y postura expresando la frase
"Qué bacán dirige esa niña"